El concepto de selección autorreforzante ilustra una de las hipótesis de cómo funciona la selección sexual. El modelo de selección sexual autorreforzante puede explicar como caracteres que son atractivos para los mienbros del sexo opuesto, pero que suponen un riesgo en términos de supervivencia, pueden evolucionar – y como esa preferencia puede llegar a ser el carácter doninante.
El dilema de la elección femenina
Lo que tiene sentido es que una hembra elija a un macho basándose en caracteres que le ayuden a sobrevivir. Por ejemplo, un ave hembra haría bien en elegir una pareja con aspecto fuerte y sin enfermedades. Es probable que ese macho tenga «buenos» genes que le permiten resistir las enfermedades y conseguir suficiente comida, y transmitirá esos genes a sus descendientes.

Sin embargo, hay muchos ejemplos de hembras que eligen parejas en función de caracteres menos útiles (p. ej., la complejidad del canto) o incluso caracteres que son perjudiciales para la supervivencia (p. ej., un plumaje de colores brillantes, como en el caso del pavo real). Estos casos plantean un enigma a los biólogos evolutivos. ¿Cómo surgieron estas preferencias en primer lugar? Si una hembra elige un macho con plumas brillantes, sus hijos tendrán plumas brillantes, las cuales probablemente atraigan a los depredadores; por lo tanto, un gen para elegir machos de colores brillantes parecería desfavorable. Entonces, ¿cómo se propagan dichos genes en una población?
Hay varias respuestas posibles para explicar cómo se extienden por una población estos genes aparentemente desfavorables. Entre ellas están:
- La selección desbocada
Imagina una población de aves en la que las hembras eligen sus parejas al azar. Los machos con colas ligeramente más largas vuelan un poco más hábilmente, evitan ser cazados y, por tanto, sobreviven más que los machos con colas ligeramente más cortas. En esta situación, un gen para la selectividad de las hembras (cola más larga = más sexy) se verá favorecido, dado que mediante la elección de un macho de cola larga, tendrá hijos con la cola más larga. Este carácter se extenderá por la población hasta que la mayoría de los machos tengan colas largas y la mayoría de las hembras prefieran compañeros de cola larga. Hasta aquí, todo bien.
Sin embargo, una vez ha sucedido esto, el proceso puede desbocarse, hasta que el carácter masculino se vuelva tan exagerado que sea desfavorable. En otras palabras, la preferencia de las hembras, en lugar de ser una ventaja para la supervivencia, puede que comience a impulsar la evolución de colas cada vez más largas hasta que los machos se encuentren con unplumaje llamativo que les estorba y que ya no les ayuda a evitar ser cazados.
- Buenos genes
Imagina otra población de aves en la que las hembras eligen sus parejas al azar. Algunos machos de esa población tienen genes mejores para la supervivencia que otros, pero es difícil decir si un macho tiene buenos genes o no. En este supuesto, las colas largas hacen que sea más difícil sobrevivir porque son costosas de producir y mantener. Debido a que son tan costosas, sólo los machos con buenos genes tienen los recursos extra para fabricarlas. En esta situación, una cola larga es un indicador de buenos genes. Un gen para la selectividad de las hembras (cola más larga = más sexy) se verá favorecido, dado que mediante la elección de un macho de cola larga/de buenos genes tendrá hijos con buenos genes. Este carácter se extenderá por la población hasta que la mayoría de las hembras elijan parejas de cola larga y los machos que sean capaces de fabricar colas largas se vean favorecidos.
Si las hembras eligen machos con colas «largas y costosas», tienen garantizados los buenos genes. Si eligen machos con colas «cortas y baratas», pueden obtener genes buenos o malos.
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Original translation by the Spanish Society of Evolutionary Biology; translation editing by Maya deVries