Los imitadores de Elvis se parecen en muchos aspectos, como por ejemplo las patillas y los trajes con falsa pedrería, esos no son caracteres heredados. De la misma manera los parecidos biológicos no siempre se deben a la herencia.
Por ejemplo, mira los cráneos de abajo. Pertenecen a animales extintos, y ambos tienen dientes de sable – largos y feroces caninos con los bordes aserrados. ¿Deducirías que estos dientes de sable son homólogos?
Estos dos cráneos de animales realmente parecen como si hubiesen heredado sus dientes de sable de un ancestro común con dientes largos. La presencia de dientes es en sí misma una homología, ya que en este caso el ancestro común tenía dientes, un carácter que pasó a sus descendientes. Sin embargo, la longitud inusual de estos dientes NO es una homología. Un cráneo pertenece al Thylacosmilus, un pariente próximo de los mamíferos marsupiales. El otro pertenece a Smilodon, el felino dientes de sable, que es un mamífero placentario. Los mamíferos marsupiales y los placentarios son muy diferentes y divergieron en el árbol de la vida hace mucho tiempo.
El Thylacosmilus está más emparentado con marsupiales como los canguros y los coalas que con el Smilodon. El Smilodon está más relacionado con otros mamíferos placentarios como los gatos domésticos o los elefantes que con el Thylacosmilus. Los dientes de sable no son un carácter común en los marsupiales más emparentados con Thylacosmilus, ni en los placentarios próximos al Smilodon. Su ancestro común tenía dientes, pero seguramente no estaban transformados en temibles sables.
Eso significa que un linaje en una parte del árbol de la vida desarrolló (evolucionó) dientes de sable a partir de caninos de longitud normal, y otro linaje en alguna otra rama del árbol de la vida, independientemente, también desarrolló dientes de sable a partir de caninos de longitud normal. Este es un ejemplo de convergencia evolutiva. Los dos linajes evolucionaron dientes de sable, los cuales probablemente les ayudaron a matar a sus presas.