Cuando se sabe qué es una homología, se pueden encontrar por todas partes.

Como todos los seres vivos comparten un ancestro común, encontramos homologías por todo el árbol de la vida.

Más allá de lo obvio

No todas las homologías son evidentes. Si dos estructuras homólogas se han adaptado a funciones diferentes, pueden no parecerse mucho. Por ejemplo, a primera vista, los “pétalos” rojo brillante de una nochebuena parecen muy diferentes de las hojas de un haya. Aún así son estructuras homólogas que descienden de una hoja ancestral.

Si observas cuidadosamente estas estructuras, verás que ambas son una modificación de la estructura básica de una hoja. Con el tiempo, la evolución adaptó algunas hojas de la nochebuena para que pudiesen atraer a los polinizadores, mientras que las hayas usan todas sus hojas verdes para hacer la fotosíntesis. Estudios meticulosos revelan homologías donde no son tan obvias.