En el juego que practicaste al principio de este módulo, decidiste que algunas de las extremidades “no eran como las otras”. Las extremidades que coincidieron en el juego tienen huesos, y eliminaste las extremidades que no los tienen. Como las extremidades del pulpo, la estrella de mar y la langosta no tienen huesos, concluiste que seguramente no son homologas a las extremidades de los tetrápodos.
Las homologías se heredan de ancestros comunes. La extremidad del pulpo sólo se podría considerar homóloga a la de los lagartos si ambos las hubiesen heredado de un ancestro común. Este árbol nos muestra cómo el pulpo se relaciona con los tetrápodos y los momentos en sus historias evolutivas en que las extremidades evolucionaron.
Las extremidades de los tetrápodos y de los pulpos evolucionaron independientemente después de separarse de su ancestro común, es decir que las extremedidades no se heredaron de un ancestro común. Por lo tanto, no son homólogas. Lo mismo ocurre con respecto a la pata del saltamontes y el brazo de la estrella de mar. La observación a simple vista nos dice que estas extremidades probablemente no son homólogas a las de los tetrápodos, porque tienen estructuras muy diferentes.