Los experimentos también demuestran que las poblaciones pueden evolucionar. Por ejemplo, el biólogo John Endler realizó experimentos con los guppys de Trinidad que nos muestran claramente el funcionamiento de la selección natural. Las hembras guppy prefieren machos de colores vistosos como pareja. Sin embargo los machos de colores vistosos tienen más probabilidades de ser comidos por los depredadores porque son más fáciles de detectar. Algunas zonas de los arroyos donde habitan los guppys tienen depredadores menos peligrosos que otras, en estas partes los guppys macho son más vistosos. En los lugares donde los depredadores son más peligrosos, los machos tienden a ser menos coloridos. Por supuesto, la explicación más probable para esta observación es que la población de guppys de cada zona ha evolucionado en respuesta a la competencia por la preferencia de las hembras y el tipo de depredadores presentes en ese ambiente. Pero Endler no se quedó con esa observación. Él también llevó a cabo un experimento con las poblaciones silvestres.
Él transfirió guppys de un área con peces depredadores muy peligrosos (es decir, tomó guppys de un grupo con machos de colores mate) a una región con depredadores menos peligrosos y los dejó alrededor de dos años (más o menos 15 generaciones). Entonces él regresó a ver si habían evolucionado. En esta región, sin depredadores hambrientos alimentándose de peces brillantes, la selección sexual favoreció a los machos que destacaban. La población había evolucionado rápidamente a tener machos de colores brillantes. Esto demuestra que la variación genética dentro de una población es la materia prima para la evolución cuando las condiciones ambientales cambian.
Reviewed and updated, June 2020. Translated by Fran Guerola and Ixchel Gonzalez Ramirez.
Experiment is described in Endler, J. A. (1980). Natural selection on color patterns in Poecilia reticulata. Evolution 34: 76-91.